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capítulo 42 (comentario)

texto: capítulo 42

Lo más elemental queda oculto para gloria del hombre y de su obra: la compleja fantasía de una cultura evolucionada. Lo que está tenso no puede mantenerse indefinidamente en equilibrio. El vacío que no se llena crea tensión, y cuando el contenido de una cosa es más grande que el recipiente que lo contiene, eso también crea tensión. La fantasía consiste en llegar a creerse que el equilibrio artificial de la injusticia puede perpetuarse con el empeño del hombre y sus procedimientos legales.

El arco es eficaz lanzando la flecha cuando cambia de forma, y este cambio consiste bajar lo que está en lo alto, subir lo que está en lo bajo y ensanchar lo que es estrecho. Éste es el principio de la Justicia, que es la que hace posible que la sociedad actúe de forma eficaz. Un principio tan elemental no habría ser impuesto por leyes, sino que debería ser algo asumido de manera natural por toda la sociedad. Si las leyes son tan necesarias, es que el ser humano ha dejado de ser humano.

El sabio no es el que está en la cúspide de la pirámide de la cultura, sino el que está fuera de esta pirámide y unido a la naturaleza verdadera de las cosas. No necesita entender de leyes, reconoce inmediatamente lo que es justo porque está lleno del Espíritu y lo ve todo tal cual es sin razonamiento previo alguno. La artificialidad se oculta, pero es transparente, y sin embargo ella no se ve a sí misma. Pero lo natural se exhibe a sí mismo sin rubor porque es bello todo lo que contiene.

texto: capítulo 42

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