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capítulo 70 (comentario)

texto: capítulo 70

No existen lugares prohibidos. No existen errores bochornosos. No existen situaciones deshonrosas. La prohibición, el bochorno y la deshonra sólo es consecuencia de la falta de integridad del ser humano. Cuando el sabio se desplaza, se desplaza en todo su ser, por eso es lento y sereno, no se precipita, no corre para alcanzar lo que se ofrece fácilmente, no se deja seducir por la apariencia atractiva de las cosas.

El sabio que se mantiene unido al Origen actúa con la misma responsabilidad que si gobernara un gran imperio, aunque habite él solo en una choza. Lo que está unido al Origen es soberano en el Espíritu. Y si cada ser humano actuara con la Dignidad de un soberano en el Espíritu, no existirían tiranos sobre la tierra, no existirían ni guerras ni injusticia alguna, porque todo estaría regido por el Orden del Origen.

La prisa genera agitación. El que se deja seducir por la apariencia atractiva de las cosas se pierde a sí mismo. La satisfacción pasajera en la ligereza es incompatible con la plena culminación de los ideales elevados. El que renuncia a sus responsabilidades y deja a otros el cuidado de su propia integridad espiritual, ése no es hijo sino esclavo, y nunca entrará a formar parte de la realidad trascendente del cosmos.

texto: capítulo 70

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