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No podemos alcanzar la matriz de la tierra apilando ladrillo sobre ladrillo,
ni podemos llegar a concebir el eje de la Verdad apilando idea sobre idea.
Desde que nacimos han llenado nuestro candor con normas y preceptos;
sabio es el que sabe regresar a su origen y recuperar el candor perdido.
El que actúa desde sus propios criterios lucha contra gigantes invencibles,
el que se sumerge en el río de la Verdad, ése es arrastrado en el Camino,
y en el Camino todo es posible para quien se mantenga en la debilidad.
Los fuertes se adiestran, y tal vez hasta llegan a derrotar a algún gigante,
pero los débiles no se adiestran, se dejan arrastrar y conquistan el mundo.
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