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capítulo 23

comentario: capítulo 23

Cuando algo tan grande, como es gobernar un gran estado,
se hace de manera simple, como si se cocinara un pequeño pez,
entonces ya no quedan grietas por donde el mal puede dañar.
Y no porque el mal deje de tener poder o haya pedido su malicia,
sino porque no encuentra apoyo ni excusa para ser destructivo.
No sólo el mal no es dañino, sino que la luz del sabio no ciega:
En la sencillez la sabiduría no desajusta porque no hay falsedad.
Si no hay poder espiritual destructivo, entonces hay resonancia,
y todas las fuerzas espirituales se aúnan en el Amor sublime.

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