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capítulo 51

comentario: capítulo 51

El cielo y la tierra perduran en el tiempo,
pasan los siglos y siempre se regeneran.
Porque no se miran a sí mismos,
no se preocupan de su propia existencia.

El sabio nunca impone su presencia,
no hace sentir su existencia a los demás,
y así perdura y se regenera en el tiempo.
Renuncia a su vida y así la conserva.

El sabio no busca el provecho personal
y así no consume su vida ni su existencia.
Parece como si se quedara rezagado,
y sin embargo su existencia se impone.

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