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capítulo 60

comentario: capítulo 60

Deshazte de ti mismo hasta el absoluto vacío:
deseos, sentimientos, ideas. Alcanza la Paz interior
y, en la apabullante expansión de todas las cosas,
verás la impotencia disfrazada de ostentación.
Los edificios arrogantes vuelven a sus cimientos.

Vaciarse de sí mismo es retornar al Origen,
y en el Origen está la raíz de la verdadera Paz.
Sólo en la Paz es posible conocer el propio destino.
Cumplir el destino es abrir el Camino a lo eterno.
Caminar hacia lo eterno, es caminar en la Luz.

La ignorancia de lo eterno es caminar en tinieblas,
tropezando y golpeándose con todas las cosas.
Pero el que camina en la Luz sabe discernir,
ve cada cosa en la Luz de la totalidad de los seres,
y es capaz de impartir verdadera Justicia eterna.

Impartir Justicia es alcanzar la máxima Dignidad,
y la Dignidad es el traje de entrada al Cielo.
Entrar en el Cielo es hacerse Uno con el Camino
y así pasar a ser eterno, pues eterno es el Camino.
Íntegro y completo aún tras la muerte del cuerpo.

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