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PALABRA

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comunidad

 
  Comunión  
  Dos han tomado conciencia del Cristo y han encontrado en Él su verdadera identidad, se reúnen y invocan al Espíritu de la Comunión en el Amor. Esta comunidad de dos tiene más fuerza espiritual que mil hombres congregados en una plaza escuchando a su líder.
Mil hombres que no han tomado conciencia interior del Cristo se reúnen, escuchan a su líder e invocan al Espíritu del Amor. Estos mil hombres sólo pronuncian fonemas, sólo encadenan palabras. No puede haber Comunión porque no existe una identidad común.

Cuando los hombres no tienen identidad propia, se reúnen y son como bolas de paja en el campo, el viento de las palabras de sus líderes las desplaza todas juntas en una u otra dirección. No se mueven por la verdad de su interior, sino desde la sugestión colectiva.
Cuando un hombre tiene profunda conciencia del Cristo, el viento de las palabras puede ser muy fuerte, hasta puede llegar a ser huracanado, y sin embargo él no se mueve ni un milímetro de su sitio si lo que escucha afuera no resuena con la Luz nítida de su interior. 

Las palabras de un hombre que no sean estricta expresión de la Luz de su espíritu sólo son fonemas encadenados, sólo útiles para sugestionar al pueblo, para inventar fantasías y embelesar a las gentes sin criterios. Nada tiene que ver con la Comunión en el Cristo.
La ausencia de ideales propios hace que las masas se muevan a merced el viento de las palabras sugestivas. Parece como si todos estuvieran impulsados por un mismo ideal, pero si en cada hombre no está la conciencia del Cristo, no hay verdadera Comunión.

Para mantener a las masas vacías de identidad espiritual y llenas admiración sugestiva por la ornamentación religiosa, se encadenan palabras y gestos, ropajes, luces, todo en riguroso orden estético y significativo, hasta formar ritos que adormecen al pueblo.
Los que se reúnen, unos buscan su comodidad económica, otros su bienestar afectivo, otros el progreso de sus negocios, otros la estabilidad de su poder en la política, y juntos invocan al Espíritu. No hay identidad en el Cristo: No puede haber Comunión en Cristo.

Si se reúnen dos o más que tienen profunda conciencia del Cristo y que han encontrado en Él su identidad, entonces sobran los líderes y los vendavales de palabras, sobran los fonemas encadenados en riguroso orden, sobran todos los ornamentos y las ceremonias.
Si se reúnen dos o más que tienen profunda conciencia del Cristo y que han encontrado en Él su identidad, entonces, y sólo entonces, se cumple la promesa que Jesucristo dejó: “Si dos o más de vosotros os reunís en mi nombre, yo estaré presente entre vosotros.”
 
 

19/01/08

 

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