KYRIE ELEISON

     

lo absoluto y lo relativo

07

   

 

     

la torre de Babel


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  En lo alto de la torre, los intelectuales eruditos delimitan conceptos, definen términos, se documentan exhaustivamente, luego se sientan a hablar y no se entienden. Hablan con las mismas palabras, leen los mismos libros, pero por mucho tiempo que pasen aclarando ideas, no consiguen ponerse de acuerdo.
Entonces nombran a un jefe, para que a la fuerza haga prevalecer una idea que los aúne. Este es el principio de la traición, de la revolución y del cisma.

En la llanura, fuera de la torre, vienen de todas las regiones, de todos los países. Hablan lenguas diferentes, pero apenas un gesto, y ya se entienden. Una sonrisa, y todos ríen; una mueca de dolor, y todos acuden brindando ayuda. Trabajan en una tarea común, y cada cual ocupa su puesto, sin que ningún jefe se lo haya asignado, porque no necesitan que se les explique lo que ellos mismos están viendo.
En la llanura está el pozo, el agua siempre está limpia, pero en la torre han construido aljibes, y a menudo hay que verter en ellos productos químicos para evitar las infecciones.

Ideas sobre ideas, torres de confusión donde el brillo de las palabras deslumbra y el ingenio de las frases embelesa.
Cuando las ideas se desgastan, entonces todos están de acuerdo en levantar la torre un piso más, hacerla más alta. Y dicen: “En la altura nos encontraremos.”
Pero tanto más alta es la torre de la intelectualidad, tanta menos posibilidad existe de entendimiento. A nadie se le ocurre bajar a la llanura. Dicen: “Ahí abajo sólo están los ignorantes y los niños”.
Los cimientos de la torre no aguantarán ni un piso más, pero los intelectuales eruditos jamás pasarán la humillación de bajar a la llanura en donde viven los ignorantes y los niños.


Howndev
 
     

11/06/2005