KYRIE ELEISON

     

crisis irreversible

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iglesia y jóvenes 3


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  El hombre que se ha encontrado con Dios es sal en la tierra, pero si la sal se desala, ¿quién la salará? Si aquellos llamados a reformar las instituciones se institucionalizan, ¿dónde queda la reforma?
“Los buenos” son los que sonríen a todo el mundo y no protestan por nada. Obedecen a la autoridad y se acomodan a lo que hay, porque son muy humildes. “Los malos” protestan y ponen en entredicho todo aquello que les viene impuesto.

Hemos confundido al hombre manso y humilde con el hombre pusilánime, sin carácter, sin criterios propios.
Hemos hecho del cristianismo una forma de sometimiento a unos poderes institucionales. Un acatamiento a una autoridad humana impuesta a la fuerza. Aquí ya no hay sal ni fermento.

El joven puede carecer de experiencia de la vida, puede ser ignorante en muchos aspectos. Pero hay una cosa que el joven percibe con mucha claridad: La honestidad, es decir: la integridad y la sinceridad.
Por eso, intentar justificar ideas dogmáticas con supuestas revelaciones divinas, eso ya no tiene ningún sentido. Si Dios habló a los profetas de la antigüedad, que me hable a mí también, ¿o es que se ha quedado mudo?

Dios no se ha quedado mudo, ni la Palabra que Dios emplea ahora es menos valiosa que la que empleó en el antiguo testamento.
También Cristo habló, pero hizo algo mucho más grande que hablar: “Yo os enviaré el Espíritu de la Verdad que os recordará todo lo que os he dicho.”
El Espíritu de la Verdad: Palabra de Dios viva que se renueva a cada instante.
Diálogo eterno entre Dios y los hombres.

 
Howndev
 
     

06/08/2005