KYRIE ELEISON

     

reflexiones ontológicas

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las raíces y el pozo 1


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  A la vida se la puede cuidar, proteger, alimentar, pero la vida no se puede generar a voluntad, porque la vida brota del interior del cosmos. Las raíces de la vida llegan hasta el agua del Pozo eterno del universo. La vida se protege a sí misma, se regenera, y sabe adaptarse al medio. Crece y evoluciona trascendiendo a su propia realidad.
Sin embargo las construcciones artificiales de los hombres no se regeneran a sí mismas más allá de los cálculos de sus constructores. Sus raíces no penetran hasta el interior del eterno Pozo del universo, sino que se enredan en la superficie cósmica, que es la materia inconsciente. Las construcciones artificiales de los hombres se pueden expandir, pero no pueden trascender por encima de sí mismas.

El Reino de los Cielos es la manifestación vital más profunda del universo. Sus raíces beben del interior más insondable del Pozo eterno, allí donde el Agua siempre es pura.
El Reino se regenera a sí mismo, y tanto más fuerte crece cuanto más se talen sus ramas.
El Reino se abre paso en el cosmos independientemente de que los hombres tomen o no conciencia de él; no depende de la solidez de las doctrinas de las iglesias, no depende de la ortodoxia en la religiosidad ni en las creencias.
La lucha por el Reino es la lucha por la Paz y por la Justicia: No se trata de “hacer crecer el Reino”, sino de abonar la tierra para que el Reino eche allí sus raíces e irradie Vida eterna en toda esa tierra donde se le haya permitido arraigar.

Ninguna iglesia es dueña del Reino. Ninguna doctrina es abono para la tierra.
El único abono es la Justicia, la única Iglesia verdadera es el propio Reino, que crece sin llamar la atención, que se regenera en el interior de los seres humanos, que se expande inmenso precisamente cuando parece que ha sido definitivamente ahogado.
De la misma manera que una marioneta puede imitar a un hombre, pero no puede moverse sin su dueño, muchas expresiones religiosas pretenden tener vida propia cuando en realidad sólo son artificios sin raíces.
Las iglesias luchan unas contra otras como si pudieran apoderarse del Reino por la fuerza de la ortodoxia. Pero la fuente de la vida está en el corazón, no en la piel; está en la raíz, no en el follaje.


Howndev
 
     

22/07/2005