KYRIE ELEISON

     

ESPÍRITU (2)

   

HOKDS

      E

libro 6 - capítulo 12


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  Me dice el Señor: “Ahora que ya has terminado de escribir tu obra, rómpela, para que en verdad sea mía y no tuya, y lo que en ella se dice sea Verdad. Porque la Verdad no se apoya en nada, sino que se sostiene en sí misma.”
Si la rompo, no puedo compartirla. El Señor también me manda a proclamar desde las azoteas lo que Él me dice al oído. Pero entiendo lo que me dice cuando me ordena romperla, y así quiero hacerlo entender:
Cuando el sentido de la palabra que está en el papel llega hasta el corazón, ya el papel sobra, y si no se le rompe, su palabra ya hueca arrancará y recuperará del corazón el sentido que le había sido arrebatado.

Todo debe ser renovado, incluso el espíritu de renovación debe ser renovado.
Si la profundidad de un libro no la sacamos de él para introducirla en nuestro espíritu, este libro quedará estéril y nosotros también. Pero si el mensaje llega a impregnarnos, ¡démonos prisa en romper el libro!, no sea que nos reclame lo que le arrebatamos y nos devuelva al vacío anterior.
Sólo cuando la Verdad se apoya en sí misma, es Verdad plena.

Tradiciones, ciencias religiosas: todo esto no es sino lastre que nos impide caminar ligeros y en sincronía con el Señor. Metamos todo eso en nuestro corazón, que todo lo simplifica y purifica de manera que no sea sabiduría muerta sino viva, y rompamos luego las ataduras que nos esclavizan a la quietud grasienta y resbaladiza. Esa iglesia obesa, sin agilidad, con la mente embotada, no puede seguir a Cristo por mucha buena voluntad que muestre.
Si de todos los escritos de estos veinte siglos sólo se conservara el evangelio según San Juan, las iglesias que aparecen ante el mundo y la verdadera Iglesia de Cristo serían una sola cosa.

12 - a

Dios habla a través de mi obra, pero esto no es una verdad que escape al tiempo, sino que está supeditada a él.
Cuando las palabras de este libro hayan sido simplificadas y purificadas en el corazón y el libro destruido, entonces Dios verdaderamente habrá hablado.
Porque lo que se sitúa en el tiempo, ve el orden de todas las cosas, entonces, dentro de la Paz, el filo que la espada que esgrimo sólo cortará lo corrompido y dejará intacto lo sano.

Decir lo que debe ser y profetizar lo que va a ser es la misma cosa. Lo que no va a ser, no será nunca aunque se demuestre su conveniencia, pero la voluntad de Dios está por encima de la conveniencia. Si Dios me dice: ‘esto debe ser’, es lo mismo que si me dijera: ‘esto va a ser’.
Por eso, mi inquietud en la Paz del tiempo es la dirección real de todas las cosas, porque mi sentir está sólo en Dios: lo que tiene que suceder es la inquietud divina presente en el ahora que no transcurre.

El que lea las páginas de esta obra y las entienda en su corazón hasta destruirlas, se habrá apoderado de la Verdad que hay en ellas. Las palabras mismas se tornarán huecas y falsas, y habrán cumplido eficazmente su cometido.
El que quiera destruir las páginas de esta obra sin haberlas entendido en su corazón, no sólo no lo conseguirá, sino que el filo de la espada que esgrimo está destinado precisamente a él.

Una frase afortunada escrita en estas páginas es un intento de la obra misma por permanecer y no ser vaciada, de conservar la Verdad dentro de sí en lugar de ofrecérsela a quien la lea.
El que quiera ver en estas páginas algo bello o algo inteligente, se encontrará con cualquier cosa menos con Dios.

12 - b

Bendito sea el Señor, que permite que la belleza se consuma.
Dios me ama y yo le amo a Él. Nuestro Amor es tan fuerte que consume toda belleza y la transforma en Vida eterna.
La Vida eterna germina de la belleza que se consume, y por eso es belleza que se genera: Lo que muere por Amor atraviesa el abismo y se transforma en el reverso de sí mismo: Lo que aquí consume, allí genera.
Bendito sea el Señor, mi aliado, mi amigo.