los 7 libros


	Un pueblo que mantiene su orden regido por leyes, es un cesto de manzanas podridas. Se puede medir la cercanía a Dios de una iglesia por la inmutabilidad de sus dogmas y por inflexibilidad de su sistema jerárquico: Cuando se hacen necesarias las ideas impositivas, esto significa que Dios está muy lejos. En el corazón está la semilla de la corrupción. Por eso la palabra de Dios siempre da la vuelta a las manzanas, y saca al exterior lo corrompido para que lo sano pase a ocupar el corazón. De esta manera preserva a su pueblo de la destrucción. Lo podrido, cuando está a la luz, inmediatamente puede ser desechado. Si todos los hombres de verdad amaran y Dios bajara del Cielo a decirnos: "Amaos los unos a los otros", ¿sería esta ley verdadera o falsa? La Verdad no es una idea, no es una ley. No son unos párrafos escritos en un libro. No es un orden de cosas. La Verdad es la Luz. Cuando la Luz delata, es que hay en nosotros algo que desechar. Cuando el hombre alcanza el silencio en la Luz, porque la Luz no le delata, entonces este hombre estará adorando verdaderamente a Dios en Espíritu y en Verdad. El hombre que está absolutamente a la Luz y no esconde nada de sí mismo, ordena el mundo desde su silencio. No importa que nadie le conozca, aun así tendrá más influencia que reyes y gobernantes, el tiempo es su aliado: En todo lo que él decide el Cielo pone su sello.