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heredero de tu Reino

Salmo 016

Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio.
Yo te digo, Padre: «Tú eres mi Señor, mi bien, nada hay fuera de ti»;
muchos, en cambio, miran más a los santos que han pasado por la tierra que a ti, origen de toda santidad. Y dicen: «¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!».
Idolatran a sus santos que abundan en multitud de altares, tras ellos van corriendo.
Para mí, sólo Tú eres santo; los demás, testigos de tu santidad.
Por eso yo no me postraré ente ellos, jamás tomaré sus nombres en mis labios.

Padre, heredero soy de tu Reino, Tú mi suerte aseguras;
lazo eterno de Amor que me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa para mí.
Bendigo a mi Padre que me aconseja; aun de noche en mi conciencia me instruye;
pongo a mi Padre ante mí sin cesar; porque Él está a mi diestra, no vacilo.
Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en seguro descansa;
pues no has de abandonar mi alma en el vacío sin esperanza, ni dejarás a tu amigo ver la muerte de su ser.
Me enseñarás el caminó de la Vida, goce sereno sin límites, delante de tu rostro, a tu derecha, Paz y Amor para siempre.

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