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no hay Justicia sin misericordia

Salmo 043

Hazme Justicia, oh Dios, y mi causa defiende contra este mundo sin Amor; de esta sociedad de falsedad y fraudulencia, líbrame.
Busco el Reino y su Justicia sin desfallecer. Hazme Justicia, Padre mío, más no en la ley sino en el Amor. Pues, así me lo enseñaste: la Justicia del Reino es Justicia de misericordia.
Tanto más me acerco a ti, tanto más ajeno a mí se me muestra el mundo entero. No soporto sus mentiras, me repelen sus fraudes.
Tú, el Dios de mi refugio: ¿por qué me has rechazado?, ¿por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo? Envía tu Luz y tu Verdad, ellas me guíen, y me conduzcan a tu monte santo, donde están tus Moradas.

¡Padre, que no caiga yo mismo en la mentira y en el fraude que rechazo! Que mi anhelo de Justicia no me convierta en juez y, por lo tanto, en reo de juicio.
Y así, inocente a la Luz, penetraré dentro de mí hasta alcanzar el altar de Dios, el Dios de mi alegría. Y exultaré, te alabaré a la cítara, oh Dios, Dios mío.
¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!

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