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Dios con nosotros

Salmo 046

Descubro a Dios en ese hueco en mi interior donde puedo depositar todos mis pensamientos, todos mis anhelos y frustraciones. Mi experiencia me dice que, de toda esa imperfección y toda esa miseria, Él hace renacer un tesoro: El Dios que se refleja en todas las cosas en mi exterior, y el Dios que descubro dentro de mí, es el mismo. Por eso Dios es para mí fortaleza inexpugnable.
Cuando siento angustia, existe un lugar donde situarla sin que me dañe. Allí está Dios.
Si la tierra se altera, si los montes se conmueven en el fondo de los mares, y aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a su ímpetu, sin embargo yo nada temo, porque es verdad lo que yo mismo he visto: El Dios que descubro dentro de mí, es dueño de la tierra, los montes, los mares y sus aguas.
¡Con nosotros el Dios Amor, baluarte para nosotros, el Padre de Jesucristo!

El Agua viva derramada desde el Cielo rodea la Ciudad santa: La nueva Jerusalem.
Dios está en medio de ella, no será conmovida, Dios la socorre al llegar la mañana. Braman las naciones, se tambalean los reinos, pero el Reino del Amor se mantiene para siempre.
La tierra se derrite porque nada es en sí mismo sino el Amor. Nada puede vencer en la lucha contra el tiempo sino el Amor.
¡Con nosotros el Dios Amor, baluarte para nosotros, el Padre de Jesucristo!

Venid a contemplar los prodigios del Señor, el que llena la tierra de estupores. Hace cesar las guerras hasta el extremo de la tierra, ¿no podéis verlo?; quiebra el arco, parte en dos la lanza, y prende fuego a los escudos, ¿no podéis verlo?. Dice el Señor con voz poderosa:
«¡Basta ya; sabed que yo soy Dios, excelso sobre las naciones, sobre la tierra excelso! »
Pero pocos son capaces de oír su voz, pocos pueden ven sus prodigios. ¡Afortunados aquellos que oigan y vean, porque la Luz que abre sus sentidos es la misma Luz que enciende todo el universo!
¡Con nosotros el Dios Amor, baluarte para nosotros, el Padre de Jesucristo!

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