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Dios Amor, Rey de toda la tierra

Salmo 047

¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de alegría! Porque el Amor, el Altísimo, es invencible, Rey grande sobre la tierra toda.
Él nos libera del yugo de los pueblos, los poderosos no pueden pisotearnos; sin violencia nos mantenemos erguidos para ver caer a los violentos. La victoria no es nuestra, la victoria es del Amor.
Sube Dios entre aclamaciones, el Amor al clangor de la trompeta: ¡salmodiad para nuestro Dios, salmodiad, salmodiad para nuestro Rey, salmodiad! Que de toda la tierra Él es el Rey: ¡salmodiad a Dios con destreza! Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en su sagrado trono.
Las naciones cesan en su prepotencia, los príncipes de los pueblos bajan de sus tronos y se reúnen con el pueblo del Dios de Abraham.
Ya no queda vida en ningún otro sitio sino en el Reino del Amor, Patria de los humildes. Pues de Dios son los escudos de la tierra, Él, inmensamente excelso.

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