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súplica

Salmo 070

¡Ven a librarme, Maestro, corre en mi ayuda! Líbrame de la vergüenza y la confusión, aléjame de la eufórica carcajada que se esconde de la pureza sencilla, de la Verdad y de la Paz.
Los que te miran con desprecio, ¿de qué se están protegiendo?
Al que se jacta de infringir las leyes, a ése lo miran con admiración; al que se ríe a carcajadas de los valores nobles, a ése lo tienen como un valiente.
Que todos los hombres te busquen, con un nombre u otro, pero que te busquen:
Que todo hombre busque el bien y la Justicia, y que tenga la solidaridad como el valor más alto; el que estas cosas busque, contigo se encontrará.
Y yo, Maestro, ¿qué hago con la espada que has puesto en mi mano? ¡Tú eres mi socorro, eres mi Libertad, Dios mío, no tardes!

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