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inteligencia espiritual

Salmo 078

Escucha, hijo mío, que no te voy a imponer leyes irracionales para que evites mi indignación caprichosa, sino que te voy a ofrecer esas limitaciones que te permitirán alcanzar lo ilimitado. Por puro Amor te hablo, por verdadera necesidad de tenerte junto a mí.
Mas una cosa te advierto: Si no llegas hasta mí, no esperes plenitud duradera. Y al final, si te quedas fuera de mí, ¿qué podré hacer Yo para rescatarte en contra de tu voluntad?
Si tú no me retiras tu confianza y limitas tu ser según mi Palabra, también según mi Palabra tu ser encontrará la plenitud que verdaderamente desea. La única plenitud por la que vale la pena luchar.
Y así, darás testimonio para que otros vengan a mí, y esos otros atraerán a muchos más. No mediante cálculos ni artimañas. No mediante predicaciones insistentes ni persuasivas. No mediante amenazas irracionales e incomprensibles.
La Luz con la que has de brillar, si sigues mi Camino, no será tu luz, sino mi presencia en ti. Esa Luz, y no otra cosa, será la garantía de la Verdad de mi Palabra ante toda la humanidad.
En mí todo germina, todo se cura, todo se renueva una y mil veces. Todo vive en el tiempo que no se acaba.
Fuera de mí, las cosas se marchitan y no vuelven a levantarse nunca más. Fuera de mí no está mi Espíritu, ¿cómo me dices que te he castigado si no vienes a mí para que te limpie y te cure sin dejar ni rastro de tu injusticia?
Yo no te puedo dar Amor si no te dejas amar por mí. Ni puedo hacer justicia en contra de la libertad que te he dado.


Ese dios que los hombres se han fabricado
no hace sino alejar la salvación de la humanidad.
Dicen, y es verdad:
«¿Quiénes son ésos que sacan provecho de la fe del pueblo?»
En el mundo sobreabunda la inteligencia racional
y escasea la inteligencia espiritual.
Niegan con razón al falso dios,
pero con él echan abajo la herencia de todos los nobles valores.
Ávidos del placer claramente ilícito,
justifican su mentira con una verdad a medias:
«Ese dios no existe...
y ahora, de paso, ya podemos hacer lo que nos consta que es malo.»

Dicen «la moral nos impide evolucionar»
para poder enriquecerse a costa de los débiles,
pero si otros más fuertes se enriquecieran a costa de ellos,
¿acaso no lo verían injusto?
Cuando el péndulo alcance un extremo, y ya no pueda continuar,
volverá sobre sus pasos,
y ellos se verán ahora víctimas
de la injusticia que ellos mismos habían suscitado.
¿No creen estas cosas?
Predicen lo complejo y permanecen ciegos ante lo simple.
En el mundo sobreabunda la inteligencia racional
y escasea la inteligencia espiritual.

El que se aleja de la solidaridad y de la Justicia
no puede crecer sin destruir;
y no existe destrucción que no sea devuelta al destructor.
No hay cosa en el universo que pueda aniquilarse,
pues no existe ningún paso del ser hasta la nada:
La injusticia se mantiene firme en su existencia
hasta que haya sido satisfecha. Luego se amansa.
Los cimientos de los edificios están escondidos bajo tierra,
pero lo visible se impone ante lo invisible.
Los adoradores de lo visible han perdido el contacto con la realidad.
Sus fantasías son destructivas.

No hay nada grande que no esté formado por muchas cosas pequeñas,
cosas insignificantes.
Desestimar lo pequeño no es signo de inteligencia:
La pequeñez de mirar al prójimo como a un hermano.
El que se aleja de la solidaridad y de la Justicia
no puede crecer sin destruir;
y no existe destrucción que no sea devuelta al destructor...
a no ser que limpie su injusticia.
¿Qué agua es capaz de borrar para siempre el delito del hombre?
¡Es el Agua de la Vida! La sangre del Rey:
El Amor del Padre.

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