|
Elevad al cielo un canto nuevo, porque el Padre ha hecho maravillas con todos nosotros. No hemos juzgado, sino que le hemos dejado a Él todo juicio, y Él ha recompensado a la víctima y ha rectificado los pasos del violento. La Justicia del Padre a todos beneficia, es fructífera para todos por igual, para los justos y para los injustos.
Que todos miren con alegría y con respeto a Aquél que hace subir a un tiempo los dos platos de la balanza: El Amor, el único Dios verdadero.
Elevad al cielo un canto nuevo, para que la novedad que cantamos sea también realidad novedosa en nosotros mismos. Que nadie diga: “Conozco a Dios”, porque el verdadero Dios hoy ya muestra otra sonrisa, ¡vayamos a conocerle otra vez!
Que nadie guarde comida del día anterior, que nadie lleve ropa de resguardo, que nadie se crea sabio porque un día supo: Todo ha cambiado, ¡pongámonos en camino y corramos a conocer una vez más a nuestro Padre misericordioso!
|
|