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acción de gracias

Salmo 118

¡Dad gracias al Padre porque es bueno, porque es eterno su Amor!
Que todos los que se congregan en torno al Amor, tomen conciencia, con alegría sin límite, de que ninguno de sus proyectos quedará frustrado para siempre, y que no habrá derrota que no lleve a una victoria mucho más plena, allá donde ni siquiera alcanzaban a imaginar.

No existen enemigos en torno al Amor. El Amor no puede estar dividido, porque no sería verdadero. Por eso, todos los que se reúnen en torno al verdadero Amor están abocados a la unidad. No hace falta que se pongan de acuerdo, basta con que miren al mismo sitio, que Él les transformará y les recogerá en un solo rebaño.

Cada vez que estoy abatido, el Padre me sostiene y me da ánimo.
No es como el consuelo que da el mundo, que tapa la oscuridad con luces artificiales pero no es capaz de iluminar lo oscuro de la muerte. Al contrario: El Padre mismo es Luz que resplandece en la oscuridad, no la oculta sino que la ilumina y así la deshace. No remienda las roturas de tus vestiduras, sino que te pone una nueva.

Tanto más cree saber un hombre, tanto más cerca del error estará: Yo no tengo conocimientos que defender, no tengo ideas que apuntalar.
En mi corazón existe una convicción, que no una idea: Allá donde el mundo me empuje y me derribe, justo en ese sitio la mano de mi Padre me sostendrá.

Por entre mis errores asoma la Luz divina. No existe reprensión posible para aquél que busca de corazón la Justicia, la Paz y la Dignidad.
Si sufro un daño, no he de desconcertarme: Esto es que mi Padre ha arrancado de mi espíritu un tumor que habría de corromperme. Nada he de temer, porque no existe el castigo para aquél que de corazón se pone en manos del verdadero Amor.

En lo que el mundo desprecia, allí está la salvación.
La seguridad que se puede ver y tocar es engañosa porque está a merced de las leyes materiales. ¿Quién puede sentirse seguro haciéndose esclavo de la materia?
La mano del Padre no se ve, no se puede palpar a voluntad, pero nunca le fallará a aquél que de corazón busque la Verdad y la Justicia. Nunca dejará de sostener a aquél que luche desde el Amor.

Tomemos conciencia del inmenso poder del Amor para que nuestra alegría no tenga límites y nuestro paso por el mundo deje frutos que permanezcan para siempre.
Vale la pena entregar la vida por el Amor fiel, vale la pena dejarse matar por lealtad al que de verdad nos ama. Una vez iluminada la oscuridad de la muerte, ¿qué otra cosa podría hacernos retroceder?
¡Dad gracias al Padre porque es bueno, porque es eterno su Amor!

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