KYRIE ELEISON

     

aprisco

   

 

      E

libro 2 - capítulo 06


anterior - índice - siguiente

             
  Entro en la casa del Señor y descanso. El Padre me lo permite, hasta que se me acerca y me pregunta: "¿Dónde están tus hermanos?" Y yo respondo: "En el mundo, Señor." Entonces Él me dice:
"Ve a por ellos."
"No quieren venir, Señor." Y Él me repite:
"Ve a por ellos."

No puedo estar con mi Señor si no amo hasta el extremo de mi completa desintegración.
Nada de lo que Dios me ha dado es para mi propia satisfacción: Todo debo entregarlo, hasta lo último.
Debo entregar mi paz en la ciega confianza de que Dios me la devolverá renovada.

"¡Pon palabras en mi boca, Señor!"
Él me responde: "Búscalas en el interior de tu corazón."
No son lecciones ni reprimendas lo que el mundo necesita. Las palabras sabias tampoco sirven sino para que los hombres se sientan superiores unos a otros: son un obstáculo para el Amor.

Quiero hacer y no puedo, ¿Dios me ha abandonado?
Si quisiera hacer y pudiera, ¿dónde quedaría mi impotencia, ésa que atrae la misericordia divina?
Toda la basura que hay en mi interior: quiero sacarla afuera sin llamar la atención, ni de Dios ni de los hombres.
Esa basura, ese pecado, es el combustible de mi Amor. No hay que esconderla sino prenderla para que despida Luz.
Lo que quemo en mi interior, no sólo allí se consume, sino que es fuego que arde también para la libertad de mis hermanos.