KYRIE ELEISON

     

aprisco

   

 

      E

libro 2 - capítulo 05


anterior - índice - siguiente

             
  Veo un pueblo, amado por Dios, que busca. Veo unos pastores que intentan conducir a este pueblo manteniéndolo unido. Veo nubes sobre las cabezas de todos ellos. Nubes que ahora relampaguean con Luz divina y luego se vuelven grises y opacas.

¿Cuándo se disiparán estas nubes y lucirá el Sol?
Si el Sol iluminara con toda su fuerza, muchos serían los que no podrían soportarlo. Yo mismo quedaría ciego. El Padre misericordioso no desea destruir a sus hijos dándoles más de lo que les conviene.

Veo dioses que se apropian de los hombres haciéndose pasar por Jesucristo. Me dijo el Señor: "Fuerzas espirituales mueven el mundo. Muchas proceden de mí, pero no son Yo mismo."
Son dioses cristianos, pero no son Cristo. Sólo en una cosa se les distingue: Se niegan a morir, porque no tienen vida en ellos mismos.

Una energía poderosa mueve la tierra: la subyugación, el sometimiento de las cosas entre sí.
Así como las células de mi cuerpo se subyugan unas a otras, así, en las sociedades, los hombres se subyugan unos a otros.
Son dioses que mantienen unidos a los hombres, pero que no les permiten verdadera libertad. No miran la conveniencia de ellos, sino su propia integridad.

Como los hombres en el mundo se niegan a amarse unos a otros, así estos dioses se niegan a morir, a entregar su integridad para que se haga posible la recapitulación de todas las cosas en Cristo.