KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

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capítulo 01

SOBRE LA COMUNIÓN CON DIOS


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  Cuando el hombre está atrapado en el mundo, la ley le sitúa, dentro del mismo mundo, para poder liberarse de sus ataduras. La ley es como una puerta de acceso al espíritu, genera un orden de cosas adecuado para la trascendencia al Reino.
Pero la ley, en sí misma, no pertenece al espíritu, sino a lo material. No por cumplir la ley ya se da el paso trascendental hacia­ lo espiritual. 

El hombre debe volver a nacer, poco a poco morir en lo material y crecer en lo espiritual, y así la ley se va apagando hasta que desaparece por completo: Cuando el hombre está verdaderamente vivo en el espíritu y muerto en la materia, entonces ya no existe la ley sino que todo es libertad.