KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

      E

capítulo 22

LAS INSTITUCIONES


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  ¡Ay de aquel hombre que levante una montaña de ideas y consignas espirituales y, arrastrando a otros, luego se sitúe él mismo en la cima! Cuando esa montaña se desmorone, ¿quién pagará los destrozos?, ¿a quién pedirá Dios cuentas de ello?
Es ley que sobre el valle se levanten montañas y luego se desmoronen, y en todo ello muchos hombres se encuentran con Dios. Pero también es ley que el hombre que verdaderamente actúa desde la voluntad de Dios permanezca siempre en el valle.

Los pequeños, los débiles, los insignificantes, que jamás alcanzarán títulos de santidad, los que se niegan a escalar ninguna montaña y reconocen el valle como su casa: éstos son los primeros herederos del Reino.

Pequeños y pobres, y al tiempo déspotas, porque utilizan su pobreza para someter a otros, ¿cuántos no hay?:
En el valle no están esos humildes que piensan que por reconocerse culpables de todo, por sentirse despreciables, ya se están encaramando en algún sitio, sino aquellos otros que son capaces de escuchar la voz del Padre en su interior y aceptarla con sencillez, sin alardes de falsa humildad ni vacuo engrandecimiento.