KYRIE ELEISON

      K

fuera de la ley

05

   

sobre el rigor histórico de la Biblia

      K

anterior - índice - siguiente

             
 

La búsqueda puede ser hacia fuera, pero el hallazgo siempre ha de ser interior.
De nada le sirve a un hombre conocer la Biblia de principio a fin, de nada le sirven años de estudios teológicos, de nada le sirven ayunos y ejercicios: Si ese hombre no se encuentra con Cristo mismo en su interior, habrá perdido el tiempo.
Sin embargo es posible este hallazgo incluso en un hombre que jamás haya oído hablar de Cristo, o que haya oído hablar de Él, pero que no lo haya reconocido como Rey.
No es cristiano el que sabe muchas cosas sobre Cristo, ni el que se complace en imponer a los demás supuestas leyes divinas, sino el que ha llevado a su vida el mensaje de Amor.

Del Islam, del budismo, del hinduismo, incluso del agnosticismo y del ateísmo formales, muchos hombres escucharán estas palabras del Rey en aquel día: “Venid a mí, benditos de mi Padre, porque tuve hambre y me disteis de comer…” Y ellos, extrañados, responderán: “¡Pero si ni siquiera te conocemos…!”
En cambio a otros, cristianos defensores de todos y cada uno de los versículos de la Biblia, se les dirá: “Apartaos de mí, porque tuve hambre y no me disteis de comer…” Y ellos replicarán: “¡Pero Señor, si predicábamos en tu Nombre!” Pero Él les responderá: “No os conozco.”

Los hechos históricos son importantes para ayudarnos a despertar, para suscitar en nosotros imágenes sugerentes que nos impulsen a la búsqueda. Pero el hallazgo nunca está fuera, sino dentro.
Mi fe no depende del rigor de unos acontecimientos relatados en la Biblia. Mi fe sólo depende de mi propia experiencia de encuentro con mi Padre Celestial a través de Jesucristo, que es muerte por Amor y resurrección en el Reino.