KYRIE ELEISON

     

aprisco

   

 

      E

libro 1 - epílogo


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  El mensaje de salvación no llama a la lucha del “hombre bueno” contra el “hombre malo”, sino a la lucha de todos los hombres juntos contra el Mal.
Los elegidos no debemos luchar contra el Mal con las armas del Mal, sino con las de Dios: La humildad y la mansedumbre.
Al Mal hay que iluminarlo con la Luz, y así huye. No se trata de condenar a los esclavos del Mal, porque así lo único que conseguimos es esclavizarnos nosotros también a él.
Nada que no sea Amor viene de Dios. 
La Luz debe resplandecer sólo para la salvación. La Luz que denuncia a los hombres para llevarlos a la conversión, ésa viene de Dios. Pero la que ilumina para llevarlos a la condenación, ésa viene del Anticristo, que se ha apropiado de la Luz divina para su propia supervivencia.
Muchas cosas han de quedar ocultas en el silencio para que los hombres sumidos entre sombras no se aferren a su propia oscuridad por un miedo insuperable a conocer la realidad de ellos mismos. Porque a ésos, y especialmente a ésos, quiere Dios salvar.
Por eso, el que utilice la Luz de Dios como arma hiriente para avergonzar y humillar a sus rivales, para juzgarlos y condenarlos, ése no merece ser llamado hijo del Reino, sino que estará prestándole servicio al Anticristo.