Eucaristía

En el mundo las cosas tienden a parecerse, a asemejarse. Las cosas se unen en el mimetismo.
En el Cielo no existe el mimetismo, sino la identificación ontológica. Si dos cosas son iguales, entonces son la misma cosa.

A Jesús quisieron apedrearlo porque decía ser el Hijo de Dios. No entendían.
Si Jesús hubiese dicho que se parecía a Dios, o que actuaba y sentía como el Padre, entonces no hubiese habido motivo de escándalo. Pero Él se hacía igual a Dios.

Muchos discípulos abandonaron a Jesús cuando decía ser el pan vivo bajado del Cielo: Que había que comer su cuerpo.
¿Qué es el pan? Nosotros somos aquello de lo que nos alimentamos. Nuestra realidad espiritual no es independiente del alimento que ingerimos.

Imitar a Cristo o parecerse a Él: esto no es suficiente para alcanzar la Vida eterna. Sólo de una manera es posible: Ser Él.