Eucaristía

El la última cena, Jesucristo partió el pan, lo bendijo y lo dio a sus apóstoles. Ofreció igualmente el vino diciendo que aquello era su cuerpo y su sangre. ¿Qué significado tiene esto?
Para un pueblo habituado a adorar a un Dios que estaba fuera de ellos, había de resultar muy difícil llegar a concebir a Dios como algo que les pertenecía a ellos mismos.

Cristo, con la eucaristía, quiere que tomemos conciencia de una realidad importantísima: Dios es algo que se forma en nuestro interior, que nos impregna y nos convierte en expresión de Él mismo.

Si hemos de comer el cuerpo de Cristo, y éste viene simbolizado por el pan eucarístico, ¿dónde habremos de descubrirle? En nuestro interior, allí es donde Él ha de estar.
No es este pan una ayuda para que, en nuestra naturaleza humana, seamos capaces de cumplir sus mandatos, es un signo que nos impulsa a descubrir nuestra naturaleza divina dentro de nosotros mismos.

La eucaristía, como rito, nos permite tomar conciencia de esto, mas ¿qué es realmente comer su cuerpo y beber su sangre?
Comer su cuerpo es impregnarse de Él, es convertirse en puro Amor por medio del Espíritu Santo.
Beber su sangre es morir por los demás: es dejar de sentir y actuar desde nuestra perspectiva humana, y comenzar a sentir y actuar desde la perspectiva de Dios.