KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

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capítulo 18

LA SANTIDAD Y EL PECADO


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  El que atravesó la Nada una sola vez, ya aprendió para siempre.
La piedra se transforma en viento en su paso por la Nada.

Las palabras son sólidas y los pensamientos también. Las emociones y los afectos son sólidos.
En su paso por la Nada, palabras, pensamientos, emociones y afectos se transforman en contemplación divina.

Hay una Palabra y una Emoción que no es sólida, porque no se articula ni turba el ánimo: La Palabra de Dios, la Emoción de su presencia.

El hombre de Dios comienza consigo mismo, pero luego se da cuenta de que él no está limitado por su cuerpo, sino que su ser abarca mucho más.
Al final llega a una conclusión: Cuando Dios y yo nos hemos identificado, todo es yo.
Cuando el hombre de Dios ha terminado consigo mismo, ha de empezar con lo que le rodea: no hay fin para la lucha.