KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

      E

capítulo 20

LA SANTIDAD Y EL PECADO


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  Una roca sólida y esférica, situada en la cima de vuestra montaña de ideas, formada por conceptos teológicos y rezos rutinarios: llega un pequeño temblor de tierra, y esta roca rueda fácilmente ladera abajo y se hace añicos. Todo ha sido en vano, queríais afianzar a Dios en la cúspide, y ha rodado hasta el valle. ¿Por qué?: porque es en el valle donde tendríais que haberle buscado.

Cuando la idea de Dios es agresiva, excluyente y prepotente, a lo primero que agrede y excluye es a Dios mismo.
Todo lo que se construye para que no cambie con el paso del tiempo, se resquebraja, se corrompe, porque excluye todo lo se mueve.
Lo que se construye disolviendo lo estático, crece y se renueva en el movimiento, porque no excluye nada sino que lo integra todo a su paso.

El viento: ¿Qué grieta no es capaz de llenar?
Dios entra en vuestra casa como una ráfaga de viento y entonces cerráis herméticamente puertas y ventanas para que no se os escape de allí: Pero habéis dejado a Dios fuera.
El aire dentro se vicia, el que toca a vuestra puerta es un intruso, os ahogáis. Finalmente decís: "Dios no existe".