KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

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capítulo 32

EL PENSAMIENTO OCULTO DE DIOS


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  El hombre que hace la voluntad de Dios en contra de la suya se acerca a Dios, pero no está en Dios, ni Dios en él.
Un hombre dice: "mi voluntad es una y la de Dios es otra: yo no obstante hago la voluntad de Dios". Esto está bien, pero no es suficiente.
Sólo cuando ese hombre llegue a identificar su voluntad con la de Dios, Dios y él estarán luchando en el mismo bando, y ya no se acercan sino que se identifican.

Dentro de ese hombre existirá otra voluntad, que se opone a la divina, pero él no debe identificarse con ella, no debe decir nunca "es mía".
No se trata de luchar contra Dios dejándose vencer por Él, se trata de luchar con Él.

Cuando la voluntad del hombre se identifica con la de Dios, la condición humana queda abajo, se enfría, se muere, y la condición divina cobra vida en él. Así este hombre entra a engrosar la realidad divina de la creación: ha arrancado del mundo una luz atrapada, escondida, y se la ha devuelto a Dios.