KYRIE ELEISON

     

eucaristía

   

 

      E

capítulo 35

EL MENSAJE


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  Cuando los hombres no están verdaderamente dispuestos a dejarse matar, no se atreven a desnudarse en el corazón. Tienen miedo de descubrir algo que luego no sean capaces de asumir ni defender porque les obligue a no transigir: No quieren quedarse solos porque realmente no tienen la compañía de Dios. Prefieren intentar convencer razonablemente a los demás, y dejarse a su vez convencer razonablemente por ellos. Justifican estas actitudes de tibieza y cobardía diciendo que son "mansos, humildes y obedientes".

La mayoría de los hombres religiosos en el mundo necesitan tener aliados, protegerse unos en otros, darse la razón mutuamente, someterse a otros para no asumir responsabilidades que puedan perturbar su acomodo mundano.
Si fueran tan mansos, humildes y obedientes ante la Verdad de Dios, como lo son para con sus correligionarios, estarían buscándose problemas porque la Verdad que viene de Dios, una vez vista, siempre lleva a la muerte, y ya no permite la vuelta atrás. Y ellos no quieren morir porque sus amores están en el mundo.

El hombre que busca aliados es que quiere fortalecer sus convicciones apoyándose en otros hombres, y entonces la fe que emana de estas alianzas no es auténtica, no disfruta del apoyo del Cielo porque ya ha optado por el apoyo mundano.
Pero el que se apoya exclusivamente en Dios y no busca aliados, los encuentra: Aliados con los que se establece una comunicación exclusivamente espiritual que no está condicionada por la confrontación de criterios: está sustentada solamente por la Verdad en el Amor.