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Desde el exterior hay muchas formas de ver el mundo. Cuando el ‘yo’ está situado en las sensaciones, los afectos, los sentidos, las luces deslumbran desde muchas direcciones, y no existe ningún lugar donde puedan integrarse y conjugarse todas las perspectivas de la realidad. Al igual
que los radios de la rueda de un carro se abren hacia el exterior y cada uno apunta hacia una dirección diferente que es inconciliable con todas las demás, así fluctúa el hombre que vive en su exterior: Como en el aro de
esa rueda, ahora se siente aplastado en el suelo y luego elevado por encima de todo lo demás, mira en una dirección pero,
más tarde y sin darse cuenta, esa dirección ha cambiado.
En el eje de la rueda todos los radios confluyen, y no sobra ninguno, sino que son todos, en su conjunto, los que le dan la solidez a la rueda. Ésta es la imagen del que ha situado su ‘yo’ en su interior. La afectividad y los sentimientos no se contradicen con la serenidad; la contemplación de la Vida trascendente está perfectamente conjugada con la alegría de la vida pasajera. Desde el interior no existen muchas maneras de ver el mundo, porque el brillo y las formas de las cosas no aturden, no confunden, sino que cada cosa se muestra tal y como realmente es. No importa el engranaje racional según el cual las cosas se conectan y entrelazan, lo único que importa es el sentido trascendente.
El eje de la rueda es el Amor. No los sentimientos amorosos que oscilan entre el deseo y el rechazo, y que encadenan a un ser humano a otra persona, sino el verdadero Amor. Los radios de la rueda expanden desde el interior del corazón este Amor abriéndolo en un abanico de arco ilimitado: La solidaridad, la amistad, la relación de pareja, y todas las relaciones humanas que se producen en la sencillez de aquél que vive sin ambiciones egoístas, sino que ha situado su ‘yo’ realmente en el eje de su ser: En el Amor. Los caminos en el exterior son confusos, muchos pueden ser los radios de una rueda y ninguno tiene la verdad. El Camino hacia el interior es uno solo: El Camino del Amor.
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