inicio

temas Palabra salmos de oriente ecumenismo advertencias

TEMAS

anterior

28/01/2007

siguiente

la Biblia

texto 7

La realidad material obedece a leyes naturales muy estrictas que pueden ser estudiadas y utilizadas para obtener beneficios, pero que no pueden ser transformadas. Tampoco la vida puede ser asegurada ni prolongada a voluntad; a la muerte se le puede dar la espalda viviendo sin pensar en ella, pero siempre, antes o después, aparecerá de frente.
Por su parte, las sociedades guardan su cohesión mediante leyes de contención en las que se definen límites y se aplican castigos. Los prejuicios, la competitividad, la envidia y las injusticias en las relaciones humanas impiden que el hombre pueda desarrollarse y expandirse con libertad en la dirección de sus anhelos más nobles y legítimos.

La inflexibilidad de lo material, la presencia de la muerte, el despotismo de lo social, la arbitrariedad de las relaciones humanas, todo esto es como una losa que aplasta al ser humano y le obliga a confesarse esclavo de un sistema material y social demasiado poderoso como para albergar ideales muy elevados y aventurarse a luchar por ellos.
Ante tal situación, el ser humano se resigna a pequeñas satisfacciones, que no agreden al sistema que le esclaviza, pero que le permiten un paso por la vida con momentos de alegría y aparente felicidad. Éste es el gesto de la absoluta derrota, porque significa una renuncia al potencial original con el que el ser humano abrió sus ojos al mundo.

La rebeldía hace que el hombre busque salidas a esta opresión. Alcanzando puestos de poder es posible cometer injusticias sin sufrir perjuicio por ello. De esta manera compite, trepa y se enriquece a costa del pueblo y aprovechándose de la honestidad de la gente sencilla, para obtener cada vez más control sobre la sociedad y sus leyes.
El otro camino es el de la fe. La espiritualidad verdadera abre una brecha en esta losa oprimente y así demuestra que no es tan dura como parece, y que es posible mantenerse en los ideales nobles y lícitos sin temor a ser derrotado, porque existe una fuerza muy superior a la materia, a la injusticia social, e, incluso, más fuerte que la misma muerte.

Pero para que la fe pueda alcanzar la culminación de los ideales que la impulsan, no debe ser una idea fija, una obstinación. La fe debe estar firmemente asentada en la Verdad, y la Verdad es el Amor. El Amor nada excluye, y por eso no puede ser excluido. Por eso, tampoco podrá ser derribado ningún ideal que se apoye en el Amor.
La espiritualidad liberadora es también severa, porque no puede existir verdadera fe cuando hay contradicción interior, y la mayor contradicción es aquella que enfrenta los propósitos de un hombre a su propia conciencia. Sólo en la unidad esencial del ser humano la fe puede ser más fuerte que la losa material, social y vital que le oprime.

Todos los libros de espiritualidad verdadera son liberadores, todos explican que existe una realidad superior, que el ser humano no es capaz de ver al estar inmerso en un sistema que ciega el espíritu, pero que es una realidad puede llegar a ser descubierta mediante la obediencia a unos principios eternos, fundamentados en el Amor.
Los prodigios que la Biblia relata sólo son signos. La intención es llevar el hombre a la convicción de que no existe ley material, ni social, ni vital, que sea más fuerte que aquél que esté apoyado en la Verdad suprema, porque el Origen del universo no puede estar sometido por su propia obra. El que acude al Origen está por encima de toda opresión.

Cuando la Biblia es utilizada por una institución para establecer verdades inmutables sobre una realidad espiritual invisible, entonces se convierte en una losa más a añadir a las anteriores. El mensaje liberador queda oscurecido. Las leyes, que en el caso de la sociedad sólo limitan los actos de los hombres, ahora amplían la capacidad de sometimiento hasta la conciencia. No se les habla de una recompensa por el coraje de su lucha contra toda injusticia, sino por la docilidad con la que se sometan a las leyes religiosas. El mensaje liberador es canalizado fuera de la vida real, y así se convierte en la losa más oprimente y paralizante capaz de apagar los ideales sublimes del hombre.

anterior

28/01/2007

siguiente