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12/02/2007

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la Biblia

texto 8

Un campesino, que no sabe ni leer ni escribir, se sienta al borde del camino junto a su hijo y le dice que tiene que aprender a no hacerle daño a nadie y, más aún, favorecer a todos, incluso a sus enemigos, y muy especialmente a los que han sido maltratados por injustas circunstancias de la vida. Si ha hablado desde la verdad de su corazón, y el consejo que da a su hijo él mismo lo ha puesto en práctica, estas palabras son “Palabra de Dios”. ¿Cuál es la diferencia entre el campesino y el antiguo profeta que escribió estas mismas palabras en uno de esos libros que se llaman “libros sagrados”?

No existen libros sagrados, ni lugares sagrados, ni objetos sagrados. No existe ninguna cosa material que sea sagrada. El único lugar en el que el Espíritu puede habitar es allí donde hay vida, conciencia y Amor. Esto es, el corazón del hombre que se ha deshecho de todo vínculo afectivo con lo material, y se ha entregado a unos valores espirituales que trascienden al sistema social y cultural en el que su vida se desenvuelve. En el propio ser humano es donde Dios tiene la máxima presencia dentro el mundo. Sacarlo del hombre y situarlo en un templo o en un libro o en una institución es falsearlo.

La naturaleza trasluce la Belleza de Dios, y el orden de los procesos naturales son la expresión más auténtica del Orden divino. Sin embargo los hombres buscan a Dios en lo antinatural y en lo paranormal, necesitan destellos cegadores y prodigios inexplicables para llegar a identificar un acontecimiento con la acción divina. Porque sacan a Dios de ellos y de la naturaleza misma y lo sitúan fuera. Entonces necesitan libros de relatos apabullantes para mantener su creencia en la divinidad, y, cuando estas creencias se resquebrajan por su inconsistencia, buscan el apoyo de argumentaciones racionales.

El Espíritu de la Verdad es el único testamento de Jesucristo escrito con su puño y letra. En el Espíritu de la Verdad está lo que Jesucristo verdaderamente dijo, lo que dijo y no está recogido en ningún libro, e incluso lo que nunca llegó a decir en su paso por este mundo, pero que conviene decir ahora. Y el Espíritu de la Verdad sólo puede tener una morada: El corazón del ser humano, que es donde puede encontrar vida, conciencia y Amor. Esto es indispensable. Fuera del corazón del ser humano sólo existen procesos naturales, comprensibles o incomprensibles para la inteligencia humana, pero naturales.

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