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25/12/2006

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las Bodas

texto 9

Los malos guerreros son valientes a la hora de entrar en combate, pero son cobardes cuando llega el momento de la reconciliación y del amor. Los buenos guerreros, por el contrario, son prudentes y recatados en la lucha, pero lo arriesgan todo cuando llega la hora del reencuentro y los pactos de paz, de fidelidad y de amor. La guerra que no va encaminada al entendimiento es pura destrucción. Es como un rey que envidia la belleza del palacio de otro rey, le declara la guerra y envía su ejército. Al final el palacio queda destruido. Ya no hay belleza, no hay victoria, sólo hay perjuicio para ambos reyes.

Para los seres humanos, el camino más natural es el más complicado. Las cosas son extraordinariamente fáciles cuando se mantienen dentro de los límites de lo natural, y extraordinariamente complejas cuando se desbordan. Hacer crecer un conflicto fuera de lo natural para conseguir un resultado más sorprendente a los ojos de los demás, eso es crear dificultades también más grandes. Fuera de lo natural todo es fantasía, por eso, llegado el momento de recoger frutos, lo que se mantuvo dentro de los límites de lo natural puede ser tomado con sólo alargar la mano. Lo demás abre un nuevo conflicto.

El amor es lo más valioso que hay sobre la tierra, es la entrega que el ser humano hace de sí mismo, sin perderse a sí mismo. Por eso siempre esconde un conflicto. El que, por amor, se entrega sin conservar su dignidad, ése no merece ser amado y en consecuencia su amor pierde todo el valor convirtiéndose en un simple capricho. El que, por querer mantenerse digno, se entretiene demasiado en asegurar su posición, ése se queda solo con su falsa dignidad y sin ningún fruto. El amor sólidamente fundamentado en la dignidad interior no necesita asegurar su correspondencia para llegar a ser expresado.

Separar esencialmente el Amor divino del amor humano es crear un dios-idea que sólo puede existir en la mente, y que, como idea mental, puede ser afirmado o negado según la ideología. El verdadero Amor divino es un hecho que no depende de ninguna ideología sino que se descubre a través de las propias vivencias. Sólo puede ser conocido en el hecho real de amar y de ser amado, muy concretamente en el amor de pareja. Así como un hombre íntegro ama a una mujer, así también, y sin los lastres de la debilidad humana, hay que entender que es el Amor divino para con cada persona.

El Amor divino entraña un conflicto. El Cristo vino a encender un fuego, a remover cimientos, a declarar la guerra. Los que se recrean en el Amor divino sin empuñar sus armas contra la injusticia del mundo y la tiranía de los poderes religiosos se parecen a la muchacha fantasiosa que vive el amor de su pretendiente escondida en su casa y mirando a la calle por la rendija de la ventana. Y los que salen a guerrear por el puro placer de la violencia se parecen a la muchacha frívola, ávida de sensaciones afectivas, pero incapaz de una verdadera entrega al hombre que pueda llegar a amarla de verdad.

La mujer conserva su dignidad cuando se entrega al hombre por su propio amor, sin intereses personales añadidos, y sin hacer caso de los condicionantes sociales que pueden oponerse. Aquellos que, influidos por grupos sociales como las iglesias, se entregan a un Amor sin dignidad, ésos nunca alcanzarán la verdadera unión con el Amor-Origen. Los seres humanos deben congregarse en asambleas, iglesias o cualquier otra forma de reunión espiritual, pero sin perderse nunca a sí mismos, y entregarse sin renunciar a su dignidad: Libertad de conciencia dentro del respeto a todos los demás.

Nada puede ser realmente comprendido sino lo que previamente ha sido vivido.

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25/12/2006

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