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08/01/2007

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Testimonio

texto 7

Nadie entierra explosivos para matar una hormiga, pero, si lo hace, eso significa que la hormiga que quiere matar no es la que ve fuera, sino la hormiga de su sentimiento de inferioridad que camina dentro de él y que él no ha podido matar porque ha preferido ignorarla, pues su soberbia no le ha permitido reconocer abiertamente su existencia.
Nadie abre una trinchera para espiar el vuelo de un abejorro, pero, si lo hace, eso significa que ese abejorro no es otra cosa que la imagen de las bajas pasiones que revolotean en su corazón, pero que, por no perjudicar su prestigio ante los demás, se niega a reconocérselo a sí mismo, dando así la imagen de lo que no es.

La mayor agresividad que el ser humano muestra no es contra sus verdaderos enemigos, sino contra la mentira que guarda en su interior. Por eso el hombre se irrita contra lo inofensivo, entierra explosivos y abre trincheras esperando cazar fuera de sí lo que en realidad sólo existe dentro de él, pero que prefiere proyectarlo en el prójimo.
Los hombres con dobleces observan pero no se dejan observar, escuchan pero no se comunican. Creen que la información que pueden obtener escondiéndose es más valiosa que la que podrían obtener encarándose a la realidad. Sin embargo, lo que no es expresado en lo cercano, termina por ser visto claramente hasta en lo más lejano.

El que se exhibe, ése es el único que realmente ve, porque sólo en el riesgo de la entrega del propio ser es posible conocer la realidad sin temor a ser engañado. El que se oculta, ése cree que ve, pero, por no haberse arriesgado a una verdadera entrega, la subjetividad toma el mando y le lleva a construir la fantasía que siempre acabará por derribarle.
Nadie habrá de avergonzarse al ser observado cuando, todo lo que hace, lo hace a la luz, pero, el que se oculta para sorprender a su oponente y resulta descubierto, ése habrá de sufrir la humillación de volver a rellenar todas las trincheras que abrió, y de recoger todos sus explosivos y llevárselos de vuelta a su casa delante de todo el mundo.

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